En el mes de Enero de 1509 Juana ingresó en el psiquiátrico de Tordesillas, debido a que decian que se volvió loca.
A los primeros meses de ingresar en Tordesillas estaba completamente sola, sin contar a su hija pequeña Catalina que solo la iba a visitar una o dos veces al mes.
Al pasar un largo tiempo sin ver a nadie que no fueran los enfermos ni su hija Catalina, María Victoria fue su su primera amiga, aunque, fue ingresada por tener una rara obsesión de quemar cosas.
Juana, al principio, no aprobaba las actividades de María Victoria así que al principio no quería estar con ella nunca. Pero a medida que su locura y su soledad avanzaba dejó de verlo tan raro hasta que un día Juana se sentó con ella para comer y de allí se hicieron amigas.
A la misma vez María Victoria nunca aprobó que Juana no se lavara, pero, para ella no era ningún problema ya que tenia un problema de nacimiento que no le permitía olfatear nada. Una vez María Victoria intentó lavar a Juana mientras ella misma se lavaba, pero cuando la agarró de de un brazo Juana y le hizo un arañazo, fue el momento en que dejaron de confiar una de la otra y se distanciaron.
Dos años después María Victoria se vio en peligro al meterse en un lio con una de las pacientes del centro, Juana fue la única que la defendió a pesar de perder de una bofetada cuatro dientes, se dice que su falta de higiene ayudó a perderles.
Fueron pasando los años y cinco años María victoria murió por una enfermedad, en este momento Juana se encontró muy sola, hasta que finalmente, después de unos meses cayó enferma y murió también.
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